Semana 2 de embarazo, comprueba si ya tienes síntomas
Muchas mujeres en la semana 2 de embarazo aún no saben que serán madres.
Eso es porque es sólo el comienzo, una fase que no suele mostrar muchos síntomas.
Según los estudios, alrededor de 6 a 12 días después de la fecundación el óvulo se adhiere a la pared interna del útero (endometrio) y por lo tanto es oficialmente un embarazo.
En general, todavía es pronto para decírselo a los familiares, por lo que este momento acaba siendo muy íntimo y único para la futura madre.
¿Qué pasa en la semana 2 de embarazo?
A las dos semanas de gestación, se produce la ovulación y la fecundación del óvulo por el esperma. El embrión formado migrará de las trompas de Falopio al útero, que comienza a sufrir cambios para recibirlo.
Las células madre generadas por la fertilización se están multiplicando rápidamente para formar los tejidos y órganos del futuro bebé, que en este momento es todavía muy pequeño.
En ese momento, la placenta comienza a formarse, lo que garantizará las condiciones ideales para el desarrollo del feto.
¿Puedes hacer la prueba en la semana 2 del embarazo?
Sólo es posible hacer la prueba de embarazo 12 días después de la fertilización del óvulo, porque la hormona HCG sólo comienza a producirse cuando el embrión se implanta en el útero y el embarazo realmente ocurre.
Por lo tanto, toma unos días para que la cantidad de GCH producida sea suficiente para detectar un embarazo por medio del análisis de sangre.
Es importante recordar que la fecundación no siempre se produce el mismo día del coito, lo que significa que hacer la prueba demasiado pronto puede ser ineficiente.
Esto se debe a que el esperma puede sobrevivir en el sistema reproductivo femenino hasta 7 días, esperando que un óvulo fecunde.
En otras palabras, la fecundación puede ocurrir hasta una semana después de la relación.
¿Qué síntomas tiene el embarazo a las dos semanas?
A las dos semanas de embarazo, las hormonas están actuando fuertemente en el cuerpo de la mujer y es probable que haya altibajos en el estado de ánimo.
Aunque el cuerpo está experimentando grandes cambios, es posible que la mujer no note los cambios o que éstos sean bastante sutiles. Pueden producirse cólicos, cambios en el olor y el sabor, aumento de los gases y cambios en la mucosidad de la vagina.
Estos síntomas pueden confundirse a menudo con el estrés pre-menstrual (PMS), ya que son bastante similares.
Otras manifestaciones pueden observarse más fácilmente, como las que se mencionan a continuación:
· Sangrado
Durante todo este proceso de fecundación y adaptación del útero, algunas venas pueden romperse, causando hemorragias en una pequeña proporción.
Esto suele ser común al principio del embarazo y se conoce como sangrado de implantación (o nidación). Ocurre en alrededor de un tercio de las mujeres en el proceso de embarazo.
Muchas mujeres no son conscientes de lo que está pasando y confunden el sangrado con la propia menstruación.
Todo esto es normal y no suele haber motivo de preocupación. Sin embargo, si nota una hemorragia más intensa, es aconsejable buscar consejo médico.
· Hinchazón en el vientre
El cuerpo de la futura madre ya está empezando a cambiar. En la segunda semana de embarazo, es común notar una hinchazón en el vientre y los senos.
Esto se debe a que los músculos del útero ya se están expandiendo para acomodar al bebé. El vientre tiende a hincharse, haciéndose un poco más grande y redondo, pero aún así está lejos del vientre característico de una mujer embarazada.
· Sensibilidad de los senos
En cuanto a los senos, puede haber hinchazón y sensibilidad. El aumento de volumen se produce por la acción de las hormonas que estimulan las glándulas mamarias y preparan a la mujer para la lactancia.
Además, se pueden percibir algunos cambios en los pezones, como la sensibilidad y el oscurecimiento de la areola. Esto ocurre debido al aumento del flujo sanguíneo en la región.
Tamaño fetal: ¿cómo está el bebé?
A las dos semanas de gestación, el futuro bebé sigue siendo un embrión, resultado de la fecundación de un óvulo y un espermatozoide. Ya tiene un segmento llamado tubo neural, que formará la médula espinal y el cerebro del bebé.
Es durante la segunda semana que el embrión se involucra en el sistema circulatorio de la madre y desarrolla la placenta.
A partir de entonces, alrededor del décimo día de embarazo, el embrión (ya en el útero) comienza a recibir los nutrientes a través de la placenta.
Entonces el saco vitelino, una estructura unida al embrión, comenzará a producir los glóbulos rojos y a almacenar los nutrientes, ayudando al proceso de alimentación del niño.
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