En este post del Blog de Mamá vamos a hablar sobre los lavados nasales en bebés y niños. Si quieres saber más sigue leyendo..
Como hacer lavados nasales a un bebé
En los primeros meses de vida, los bebés respiran exclusivamente por la nariz. Además, durante los primeros dos o tres años un pequeño no puede sonarse la nariz por su cuenta.
Si la nariz se obstruye, por ejemplo, incluso en caso de un resfriado, los bebés experimentan molestias, que aumentan especialmente durante el sueño (debido a la posición acostada) y la alimentación.
Por eso, en estos casos, liberar la nariz cerrada con lavados específicos es importante para su bienestar.
Los lavados permiten eliminar la mucosidad, la flema y cualquier costra pequeña de la nariz, pero también limpiar la membrana mucosa de las cavidades nasales de los irritantes, como los alérgenos o los virus y bacterias. También suavizan la mucosidad, facilitando su posible aspiración.
En nuestro caso desde que conocimos pocosmocos lo usamos siempre tanto con Alejandro como con Dulce y Nico. Parece muy aparatoso pero ademas de economico es realmente eficiente y no lastima para nada las fosas nasales de los bebitos.
¿Cómo hacer el lavado nasal en bebés y niños?
Primero, debe elegir con qué hacer el lavado nasal. En el mercado existen viales prácticos de dosis única de varias soluciones: fisiológicas, aguas termales, agua de mar esterilizada, etc., convenientes especialmente cuando está lejos de casa.
A menudo existen recipientes más grandes de los mismos productos: en este caso, la solución debe inyectarse con una jeringa sin aguja. La cantidad a usar es de aproximadamente 5-10 ml por fosa nasal.
El lavado debe realizarse con soluciones a temperatura ambiente o simplemente tibias (nunca calientes).
Lavados nasales por nuestra cuenta
Una solución salina también se puede producir en casa, que consiste en 90% de agua y 10% de sal. Simplemente hierva aproximadamente medio litro de agua (para esterilizarlo) y disuelva 4,5-5 gramos de sal gruesa en él.
Advertencia: si usa la jeringa, debe lavarse bien después de cada uso y cambiarse periódicamente.
La operación es simple, incluso si a algunos niños (especialmente cuando comienzan a crecer) no les gusta y mantenerlos quietos puede ser difícil.
Acueste al bebé en el cambiador para cambiar pañales o en la cama (en este caso es mejor ponerlo debajo de una toalla) y coloque la cabeza ligeramente de lado. Tenga cuidado de no empujarlo hacia atrás, de lo contrario la solución de lavado terminará en la garganta y hará que el bebé tosa.
Inserte suavemente la punta del vial o la jeringa sin aguja en la fosa nasal en el lado más alejado de la superficie y rocíe el líquido suavemente, pero con firmeza: verá que sale de la fosa nasal opuesta. Por ejemplo: si el niño se gira hacia la derecha, rociará la solución en la fosa nasal izquierda y verá que sale del lado derecho.
Repita en el otro lado
Si el niño simplemente no tolera el lavado nasal, puede ser suficiente poner unas gotas de solución en la nariz, solo para suavizar un poco las secreciones. Y posteriormente podemos utilizar un dispositivo para aspirar los moquitos.
De verdad os digo que aqui en casa ni bien vemos ese agüilla caer por la nariz ya aspiramos 2 veces para intentar que no se les tapone la nariz y de momento va funcionando.
Irrigador nasal bebe
El irrigador nasal para bebés es una herramienta indispensable para el cuidado del pequeño, sobre todo durante sus primeros meses de vida. Los bebés, a diferencia de los adultos, respiran exclusivamente por la nariz, por lo que mantener sus vías nasales despejadas es imprescindible para su bienestar. Estos dispositivos ayudan a eliminar el exceso de mucosidad, alivian la congestión nasal y facilitan la respiración del bebé, especialmente durante los resfriados o alergias.
Existen varios tipos de irrigadores nasales para bebés, entre los que se incluyen los aspiradores nasales manuales, eléctricos y los de succión oral. Los manuales requieren que los padres o cuidadores apliquen una presión manual para succionar la mucosidad, mientras que los eléctricos funcionan con baterías y realizan la succión automáticamente. Los de succión oral, por otro lado, utilizan la fuerza de succión de la boca del adulto para extraer la mucosidad.
Es importante mencionar que el uso del irrigador nasal debe hacerse con cuidado y delicadeza, ya que la nariz del bebé es muy sensible. Se recomienda utilizar soluciones salinas pediátricas para suavizar la mucosidad antes de la aspiración y siempre seguir las instrucciones del fabricante para el uso correcto del dispositivo. Además, se debe limpiar y esterilizar el irrigador después de cada uso para mantenerlo libre de bacterias y gérmenes.
En resumen, el irrigador nasal para bebés es un dispositivo útil y seguro que facilita la respiración del bebé y alivia la congestión nasal. Sin embargo, si el bebé presenta síntomas de enfermedad como fiebre, letargo, pérdida de apetito o dificultad para respirar, es importante consultar a un profesional de la salud. Un irrigador nasal no reemplaza el consejo médico y el tratamiento adecuado.
Lavado nasal niños
El lavado nasal en niños es una práctica común recomendada por los profesionales de la salud, especialmente durante la temporada de resfriados y alergias. Este procedimiento ayuda a eliminar los irritantes y alérgenos, y también a reducir la congestión nasal. Aunque puede parecer una tarea desalentadora para algunos padres, es un proceso bastante sencillo y seguro si se realiza correctamente.
Para realizar un lavado nasal, primero debes adquirir una solución salina. Puedes comprarla en una farmacia o prepararla en casa mezclando 1/4 de cucharadita de sal y una pizca de bicarbonato de sodio en una taza de agua tibia. Asegúrate de que la solución esté a una temperatura segura para el niño, debe estar tibia, pero no caliente.
Luego, coloca al niño boca arriba y aplica suavemente unas gotas de la solución en cada fosa nasal usando un gotero o jeringa sin aguja. Espera unos segundos para que la solución afloje la mucosidad. Luego, suavemente, gira al niño sobre su estómago para permitir que el líquido y la mucosidad salgan. Recuerda que es importante hacer esto con mucho cuidado para evitar cualquier molestia.
Es esencial recordar que el lavado nasal no debe realizarse más de 2 o 3 veces al día. De lo contrario, podría causar sequedad en las fosas nasales. Además, si el niño se resiste o se siente incómodo, es mejor detener el procedimiento y consultar con un profesional de la salud. Siempre es mejor errar por el lado de la precaución cuando se trata de la salud de nuestros niños.
En resumen, el lavado nasal es una técnica efectiva para aliviar los síntomas de congestión en niños. Sin embargo, es fundamental realizarlo de la manera correcta y segura. Si tienes alguna duda o preocupación, no dudes en consultar con un pediatra o un profesional de la salud.
Lavados nasales, ¿Cuándo hacerlos?
Cuando es necesario, es decir, cuando el niño manifiesta una molestia evidente debido a su nariz cerrada. También son generalmente útiles antes de alimentarse, para que la nariz esté libre cuando se trata de comer, y por la noche antes de irse a dormir, para facilitar el sueño.
No es necesario hacerlo con fines preventivos, cuando el niño no tiene la nariz tapada o escalofríos.
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